Blog del párroco
DOMINGO 33º DEL TIEMPO ORDINARIO 
sábado, noviembre 13, 2010, 03:12 PM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 33º DEL TIEMPO ORDINARIO (14 de noviembre)
Día de la Iglesia diocesana.

1ª Lectura: Malaquías 3, 19-20ª. Os iluminará un sol de justicia

Salmo 97: El Señor llega para regir la tierra con justicia.

2ª Lectura: 2ª Tesalonicenses 3, 7-12. El que no trabaje, que no coma.

Evangelio: Lucas 21, 5-12. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

El próximo domingo terminaremos el año litúrgico con la solemnidad de Jesucristo Rey del universo. Hoy también tiene el evangelio un sentido final: se acaba el Templo de Jerusalén, como espacio de encuentro entre el pueblo de Israel y Dios, y empieza un nuevo templo indestructible, Cristo mismo, el nos asegurará el encuentro con Dios en cualquier momento y en cualquier lugar.

El domingo pasado y el día de los difuntos hablábamos de la fe en la resurrección y en la vida eterna. El próximo domingo pondremos los ojos en Jesucristo, como centro y fin de la humanidad. Hoy miramos el presente de nuestra comunidad, de la Iglesia, que camina entre muchas dificultades, en medio de la historia, hacia el encuentro con el Señor.
Hoy es precisamente el día de la Iglesia diocesana.

Las lecturas nos recuerdan que esta historia, que el tiempo de la Iglesia, tendrá su fin. La primera lectura nos habla de un juicio de Dios, que será condenatorio o salvador. El salmista nos consuela al decir que Dios trae en sus manos la salvación. El evangelio nos invita a mantenernos fieles, a mirar de manera lúcida y responsable la realidad, a tener paciencia en las dificultades, a no desanimarnos ni dejarnos engañar, por momentos difíciles y dolorosos que podamos vivir. Pablo en la segunda lectura nos manda que mientras estamos en este mundo, no dejemos de trabajar.

Con un lenguaje especial, llamado escatológico, utilizado en aquella época, para hablar de las últimas realidades, se nos habla de los últimos tiempos. No es para que tomemos las imágenes al pie de la letra, pero tampoco para que ignoremos el mensaje que encierran.

La palabra de Dios nos llama a que vivamos con realismo. Nunca nos ha dicho el Señor que seguirle sea fácil ni que el camino no tenga dificultades.
También nos alerta de que no nos dejemos engañar por ideologías, planes o modas que nos aparten de Jesucristo: “no vayáis tras ellos”. En situaciones difíciles hay que centrarse en lo esencia, sin perder la calma. Siempre contamos con la ayuda del Señor y nunca se nos pide nada superior a nuestras fuerzas.
Los momentos difíciles no son tiempos de lamentos sino ocasiones de testimonio. “Con vuestra paciencia, salvaréis vuestras almas”. Paciencia, tenacidad son virtudes del que cree y no regatea esfuerzos a lo que Dios le pide y las circunstancias le exigen. Esta es la forma cristiana de esperar.

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