Blog del párroco
A PROPÓSITO DE LAS PRIMERAS COMUNIONES 
viernes, mayo 18, 2012, 02:27 AM - Otros
EL SABADO, DIA 19 DE MAYO, CELEBRAREMOS EN LA PARROQUIA LAS PRIMERAS COMUNIONES DE SEIS NIÑAS Y DOS NIÑOS.

Esta celebración la preparamos y vivimos con verdadera ilusión.

Los niños están viniendo a la parroquia a catequesis tres o dos años; algunos han hecho la catequesis en otras parroquias y se incorporan, normalmente por motivos familiares, en el último año. El resultado es, que los niños vienen con gran familiaridad y normalidad, se encuentran con los sacerdotes y catequistas, coinciden con otras personas que vienen a rezar, están en el sagrario, se santiguan con agua bendita, participan en sencillas celebraciones según los tiempos litúrgicos…, conocen todos los rincones, lo ven y lo preguntan todo…y se van familiarizando con esta nueva casa que es la Iglesia. La primera comunión es un sacramento de incorporación a la Iglesia y tienen que vivir la parroquia como espacio propio. Además, ven acudir a los padres a alguna reunión, a acompañarles y recogerles, que nos tratan y se interesan…y entonces van viendo que también es casa de sus padres.

Conocer y “correr” la parroquia ya es aprender muchas cosas: donde está el Señor, la luz que nos recuerda una presencia, la imagen de la Virgen, el altar, las cruces, los confesonarios, la pila bautismal, la pila del agua bendita, el despacho, los locales…Van aprendiendo muchas cosas de la vida y misión de la Iglesia. Van conociendo personas que no se encuentran en otros sitios.

Además les enseñamos el catecismo. A mirarlo, a leerlo y a aprenderlo. Con la memorización van adquiriendo el lenguaje de la fe, necesario para expresar. Al mirar, aprenden y a buscar, a entender, interpretan dudas y conocen todo lo que pueden encontrar en ese libro. En el catecismo aprenden a rezar fuerte y en silencio, solos o con el grupo y la comunidad. A estar en silencio delante de Dios y saber entrar en su interior.

También tienen que aprender que todo lo que hacen es consecuencia de su amor al Señor y de su deseo de parecerse a él. Los amigos de Jesús no somos de cualquier manera, le conocemos y queremos ser como él y a actuar en su nombre. Ser, rezar, vivir y expresar. Unidad y coherencia en la vida.

Los niños descubren lo apasionante que es parecerse a alguien que es un héroe, que vale realmente la pena, que no es como los demás, pero que es un amigo que ayuda y no abandona.

Las Comuniones tienen un componente familiar que colabora en subrayar su importancia: “todos los que nos quieren nos desean acompañar”, “nuestros padres nos hacen una fiesta”. Pero puede darse un desfase respecto a los gastos que se generan, y terminar creando problemas familiares, y distrayendo del verdadero motivo de la celebración. Es necesaria la prudencia y el saber hacer de la propia familia.

Los días previos es importante cuidar el ambiente religioso de los niños; se encuentran en un momento de cierta madurez de infancia, les debemos acompañar de forma que lo principal sea lo que celebramos y el motivo de la fiesta.

La educación y formación no es cosa de unos días y de unos tiempos. La catequesis siempre se queda muy corta. Los padres, con cariño y paciencia, sin atosigar y con respete, no pueden dejar de acompañar siempre. La parroquia ofrece continuar en catequesis después de la comunión para que los niños se abran a nuevos conocimientos. Normalmente no les queda mucho tiempo a los niños por los deberes y otras prioridades, pero es una importante cuestión a considerar. La felicidad del niño está en la calidad de su persona y en la riqueza de su humanidad y cualidades y valores. Hay que considerarlo seriamente.

Esperemos que nuestro día se de gozo para todos. Los niños reciben al Señor por primera vez, experimentan una nueva forma de estar en la eucaristía, Los padres viven el acontecimiento de que Dios entre en sus hogares por el corazón de sus hijos. La parroquia, como María, no para de mostrar y dar a Jesucristo.



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