Blog del párroco
DOMINGO 18º DEL TIEMPO ORDINARIO (5 de agosto de 2012) 
viernes, agosto 3, 2012, 04:39 PM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 18º DEL TIEMPO ORDINARIO (5 de agosto 2012)

1ª Lectura. Éxodo 16, 2-4. 12-15. Haré llover pan del cielo. El pueblo de Israel protesta contra Moisés y contra Dios porque han sido llevados al desierto y les falta la comida. Dios les da el maná y las codornices, para que sigan caminando, sin morir de hambre. Hay una gran falta de confianza en el Señor y una búsqueda obsesiva de bienes materiales.

Salmo 77. El Señor les dio pan del cielo.

2ª Lectura. Efesios 4, 17.20-24. Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios. Despojaos del “hombre viejo”. Podemos seguir aferrados a nuestra manera de ser y actuar, como si no hubiéramos conocido y escuchado a Jesucristo, revistámonos de la justicia y santidad verdaderas.

Evangelio. Juan, 6, 24-35. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará nunca sed.

Después del signo de la multiplicación de los panes y peces, Jesús, para reencontrarse con los suyos, camina sobre las aguas. Ellos le ven y se asustan creyendo que es un fantasma. Jesús, ni es un rey que busque poder ni honores, ni un fantasma; es plenamente hombre que se compadece ante el hambre y los motivos de sufrimiento de los hombres; y Dios, verdadero Dios, que conduce al Padre, de quien él procede y que quiere la transformación total del ser humano a su imagen y semejanza.

Quienes le buscaban consiguieron dar con él, y el saludo de Jesús sonó a queja nacida de la decepción: “Me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque habéis comido pan hasta saciaros; trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura dando vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre”.

El hombre no vive solo de pan. Las sociedades y culturas donde ha dominado el materialismo y el consumismo, donde se ha vivido al margen por completo de Dios, no han hecho al ser humano más solidario, más feliz, más justo. No han llenado todas las posibilidades de vida que se encierran en cada existencia. Una mirada a nuestra situación actual nos hace contemplar con dolor muchas situaciones de sufrimiento, de hambre, de pobreza, de vacío, de falta de esperanza. Ya sabemos que las personas necesitamos medios para tener una vida digna…pero el derroche, la obsesión por las riquezas a cualquier precio, ha conducido a una crisis generalizada de índole personal, familiar, social…internacional.

El hombre no puede vivir solo de pan, hay que descubrir a Jesucristo, el pan de vida, quien nos da el verdadero pan del cielo. Necesitamos otro alimento espiritual. Necesitamos sentir la presencia de Dios en medio de las dificultades, la paz que él nos da, las razones que él nos descubre para amar, acoger a los demás y entender la vida. Necesitamos no olvidar que esta vida tiene salida y que este mundo está abierto a la esperanza porque no estamos solos.

“Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre y el que cree en mí no pasará nunca sed”. El nos reviste de justicia y santidad verdaderas.

Las gentes de aquel tiempo buscaban a Jesús. Aquí, lo hemos ocultado. Hasta en familias muy cristianas nos hemos quedado tranquilos, cuando nuestros hijos han sucumbido a la increencia del ambiente, y al perder la práctica religiosa, han perdido a Jesús, el pan de vida. Hemos de dedicar mucho más tiempo a la formación religiosa de los hijos y a recuperar las costumbres propias de los hogares cristianos.

Tenemos que vivir la eucaristía y prolongar con nuestro testimonio la vida misma de Cristo, revistiéndonos de sus mismos sentimientos.
El martes 31 de julio celebrábamos a San Ignacio de Loyola. El santo, repasando todo lo que había recibido del Señor a lo largo de su vida, directamente y a través de personas y otras mediaciones, caía en la cuenta de que había sido poco agradecido y que había correspondido poco a tanto bien y se preguntaba.” Yo ¿qué he hecho por Cristo? ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy dispuesto a hacer?”

Tenemos que dejarnos transformar existencialmente por quien es la vida verdadera y llevarlo a los demás.

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