Blog del párroco
VIERNES SANTO (29-3-2013) 
miércoles, marzo 27, 2013, 11:19 PM - Comentarios a las Lecturas
VIERNES SANTO. CELEBRACION DE LA PASIÓN DEL SEÑOR. (29-3-2013).

Hoy celebramos la pasión gloriosa y la muerte victoriosa de Cristo.

Hoy centramos nuestra mirada en la Cruz del Señor, que de instrumento de tortura ha pasado a signo de redención.
Hoy quedamos sobrecogidos ante el amor del Padre que entrega a su Hijo.

Hoy nos llena de esperanza saber que la muerte física y todas las formas de muerte han sido definitivamente vencidas, por el amor del Padre, por la entrega y el sacrificio fiel del Hijo, quien “por nosotros los hombres y por nuestra salvación” se rebajó de su rango y muere en la cruz.

Hoy en la cruz de Cristo queda crucificado todo el mal y todo el horror del mundo.
Hoy la Cruz del Señor se convierte en el árbol de la vida porque Cristo es el fruto que nos trae el perdón, que nos eleva a la dignidad de hijos de Dios, que nos regala la vida eterna, que nos permite vivir con esperanza.

“¡Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo!”. Miremos nuestras propias cruces y agarrémoslas con firmeza, porque sabemos a quién seguimos, dónde nos conduce y quien nos ayuda. Apoyemos nuestras cruces donde menos nos duela, pero con la determinación de llegar con ellas hasta el final. Veamos las cruces de nuestros hermanos y seamos cirineos discretos, perseverantes y generosos ayudándoles.

1ª Lectura. Isaías 52, 13 -53, 12.El fue traspasado por nuestras rebeliones.

Salmo 30. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.

Hebreos 4, 14-16 -5, 7-9. Experimentó la obediencia, y se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Evangelio. Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan 18,1-19,42.

En el relato de la pasión según San Juan contemplamos al “Ecce Homo” y al “Rey de los judíos”. En Jesús vemos qué es ser hombre de verdad y en él encontramos al Señor a quien queremos seguir. El ser humano llega a toda su grandeza en Cristo: su libertad, su generosidad, su valor, su verdad. Puede no quedar en él apariencia humana, pero nada puede alterar su dignidad y grandeza. En su cruz están presentes todos los sufrimientos e injusticias que puede sufrir cualquier ser humano. Cristo está junto a cada persona que sufre.

En Él contemplamos al Amigo que da la vida por sus amigos, al Cordero sacrificado, al Rey y Señor, al hijo pendiente de su Madre, al Manantial del Espíritu, al nuevo Templo desde el que podemos llegar al Padre.

Su grito recoge todas las preguntas que las personas nos hacemos sobre lo incomprensible del dolor y el sufrimiento. Su confianza en el Padre es firmeza para nuestra propia esperanza.

¡Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu santa Cruz redimiste al mundo!


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