sábado, septiembre 21, 2013, 10:18 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 25º DEL TIEMPO ORDINARIO (22-9-2013)1ª Lectura. Amós 8, 4-7. Contra los que compran con dinero al pobre.
Salmo 112. Alabad al Señor que ensalza al pobre.
2ª Lectura. De la primera carta de San Pablo a Timoteo. 2, 1-8. Pedid por todos los hombres a Dios que quiere que todos se salven.
Evangelio. Lucas 16, 1-13. No podéis servir a Dios y al dinero.
La segunda lectura nos ofrece tres afirmaciones de gran valor para la vida cristiana: ”Haced oraciones, plegarias, súplicas….por todos los hombres”; el cristiano tiene una misión universal, toda causa de todo ser humano es nuestra, porque todos le importan a Dios y todos somos hermanos; recientemente ha impresionado la invitación del papa, a católicos, cristianos y no cristianos a rezar por la paz en Siria, Oriente Medio y en todo el mundo. La segunda afirmación: “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”; el deseo universal de salvación de Dios, hay que rezar y ocuparnos de todos. Y la tercera, “Dios es uno y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres”; Cristo es el único mediador entre Dios y todos los hombres. La oración universal, por toda la creación, ecuménica…nos hace entrar en los proyectos de Dios, y aunque seamos pocos, nos abre a una misión universal de salvación.
Hay muchos momentos en que los cristianos podemos considerarnos una minoría “extraña” en medio de un mundo, tan secularizado e indiferente, y podemos caer en un cierto desánimo que nos lleve cerrarnos en nuestras prácticas religiosas, “yo voy a lo mío…”La oración hace que la vida del cristiano, unida a la mediación de Cristo, tenga una proyección y un valor universal. La oración es una verdadera acción evangelizadora.
La oración nos llena el corazón y nos hace experimentar las mismas inquietudes e intereses de Dios y nos abre a los demás con verdadera caridad fraterna.
Amós en la primera lectura denuncia la injusticia y la opresión al pobre. Al papa le gusta decir que el pobre es “la carne de Cristo”, ofenderle es el peor sacrilegio. Ofender al pobre no solamente es no pagarle lo que es suyo, sino no tratarle con respeto. Hay que hacer el bien y hay que hacerlo bien hecho. El Señor siempre añade un plus, “con amor y por amor”. Es muy malo caer en la esclavitud del dinero que nos hace duros, injustos y crueles.
El cristiano, además, debe ser especialmente sensible en no colaborar en ninguna situación de exclusión ni de explotación. Ya sabemos, que muchas veces unido a la pobreza van otras muchas cosas que pueden querer justificar determinados comportamientos; pero que nada sea excusa para ser justos y no ser misericordiosos.
En el evangelio el Señor alaba la actuación del administrador infiel. No apruebe la mentira y la corrupción, dos desórdenes, desgraciadamente muy extendidos, propios de quien ni respeta a Dios ni a sus hermanos, y de quien cree que todo le pertenece. Dios alaba el interés del administrador infiel en solucionar sus futuros problemas en el futuro. El Señor lamenta que los hijos de la luz no tengamos el mismo interés por las cosas del Reino de Dios y por la vida eterna.