Blog del párroco
DOMINGO 25º DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A. 21-09-2014 
sábado, septiembre 20, 2014, 10:34 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 25º DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A. 21-09-2014

1ª Lectura. Isaías 55, 6-9. Ni mis caminos son vuestros caminos, ni mis planes son vuestros planes

Salmo 141. Cerca está el Señor de los que lo invocan.

2ª Lectura. Filipenses 1, 20-24.27. Para mí la vida es Cristo. Llevad una vida digna del Evangelio.

Evangelio. Mateo 20, 1-16. Id también vosotros a mi viña.

En el evangelio, el Señor nos hace una llamada, apremiante y universal, a la evangelización, a trabajar en su reino. Nos llama a todos, a cualquier hora, niños y adultos, sanos y enfermos, en cualquier situación laboral o personal. Todos hacemos falta, no quiere que haya parados: “Id también vosotros a mi viña”.

La descristianización de la sociedad, la escasez de vocaciones, el número y la edad de los sacerdotes…hace esta tarea especialmente necesaria. Además, cada cristiano, por su bautismo, es un enviado a anunciar el Reino de Dios: “Id también vosotros a mi viña”. Urge que los cristianos laicos tomemos conciencia de que somos testigos de Jesús y de su evangelio, no solamente predicadores o catequistas, y de que nos ofrezcamos para todo tipo de tareas dentro de la comunidad.

El testigo vive de acuerdo con el evangelio, “para mí la vida es Cristo”. Como decía San Agustín, “no nace para disfrutar y morir, sino para vivir cada día más plenamente”, hasta la eternidad. Hoy debemos los cristianos debemos proponer directamente la vida de fe a quien se ha distanciado de la vida de la Iglesia y a quienes la han perdido. Debemos mostrar a Jesucristo a quienes no le conocen, a todos, porque Cristo lleva la vida a plenitud. No es suficiente, aunque es necesario, dar buen ejemplo. Debemos mostrar a la Iglesia como una comunidad que acoge, ayuda y acompaña y a los sacramentos como momentos en los que Cristo actúa, transforma y santifica. Quedarnos en la comprensión de que son momentos tradicionales que se celebran por costumbre, es estéril y empobrecedor.

¿Cuáles son nuestros caminos, son los de Cristo?. ¿Dónde ponemos nuestros pies, hacia dónde nos dirigimos?

El cristiano, por la oración y reflexión, tiene que discernir lo que Dios le pide: “cerca está el Señor de los que lo invocan”, con la seguridad de que él nos ayuda, y al final de la jornada, es quien mejor nos paga, porque no solamente valora los rendimientos, sino el coraje y la entrega, el amor.

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