Blog del párroco
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCION DE LA VIRGEN MARÍA AL CIELO. 15-8-2015 
jueves, agosto 13, 2015, 09:41 AM - Comentarios a las Lecturas
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCION DE LA VIRGEN AL CIELO. Ciclo B. 15-8-2015.

Apocalipsis 11,19a; 12,1.3-6a.10. Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal.

Salmo 44. Dios te ha bendecido para siempre.

1ª Corintios 15, 20-27ª. Primero Cristo, como primicia, después todos los que son de Cristo.

Lucas 1, 39-56.El poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes.

La fiesta central de los cristianos es la resurrección del Señor: Jesús es el Hijo de Dios, su vida y su obra son verdad; su resurrección es garantía de la nuestra, él es el hermano mayor y nos ha abierto el camino. El vive para siempre.

María es la primera que participa de la gloria de Cristo. Dios, a lo largo de la historia, siempre ha actuado a favor de su pueblo; es Dios de los humildes, Dios salvador y libertador.

María es la humilde esclava del Señor. María es la Madre que le da su propia carne. María es el modelo de vida cristiana que Jesús quiere para todos los discípulos. María es quien más unida estuvo en su vida, predicación y muerte. María es quien mantuvo la esperanza en él, porque todo lo conservaba en su corazón. Esta solemnidad de hoy es una fiesta de esperanza, porque la Iglesia confía y espera participar un día de la misma gloria que Jesús y María en el cielo.

Hoy nos alegramos los cristianos del triunfo de nuestra Madre: el Señor la ha querido tener siempre con él. Pero hoy la contemplamos intercediendo desde el cielo permanentemente por nosotros. En la cruz recibió la misión “mujer ahí tienes a tu hijo” y ella no ha dejado de cumplir el encargo.

Hoy es un día para alegrarnos porque los pobres y los indefensos no son los fracasados del mundo y de la vida: “el Señor enaltece a los humildes”. Los éxitos de este mundo son limitados, frágiles y poco duraderos y muchas veces se consiguen por caminos no adecuados. La salvación de Dios es para siempre.

Alegrémonos con toda la Iglesia como buenos hijos, en esta fiesta de la Virgen en su Asunción al cielo. Alegrémonos porque la tenemos como madre permanentemente dedicada a nosotros. Y alegrémonos porque su victoria es esperanza para los humildes y los pobres.

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