Blog del párroco
SEGUNDO DOMINGO DE NAVIDAD. Ciclo A.( 5-enero-2014) 
jueves, enero 2, 2014, 11:09 PM - Comentarios a las Lecturas
SEGUNDO DOMINGO DESPUES DE NAVIDAD. Ciclo A (5-enero-2014)

1ª Lectura. Eclesiástico 24, 1-4.12-16. La sabiduría habita en medio del pueblo elegido.

Salmo 147. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

2ª Lectura. Efesios 1, 3-6.15-18. Nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo.

Evangelio. Juan 1, 1-18. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

Todas las fiestas de este ciclo de Navidad nos ayudan a contemplar el misterio que celebramos y que se ha revelado en Belén: Dios se ha hecho hombre en Jesucristo. Todas estas fiestas, no son repeticiones, sino que vamos profundizando en la grandeza y la riqueza de este misterio.

El día de Navidad, en las distintas celebraciones (vigilia, medianoche, misas del día) la Iglesia nos insistía en que el nacimiento del Señor había sucedido en la historia: Jesús, nació un día, a una hora, en un lugar concreto, de una madre. Este segundo domingo de Navidad, las lecturas envían muy lejos, nos dicen que este Niño es la Sabiduría del Creador, que existe desde el principio, desde antes de los siglos…que ha echado raíces en un pueblo glorioso. Lo que celebramos en Navidad está diseñado desde antes de la creación, forma parte del plan del Padre.

San Pablo en la segunda lectura también nos habla del proyecto divino.”El nos eligió, antes de la creación del mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor”. La historia de la salvación es un largo y pensado plan de Dios, realizado desde un gran amor, y que ahora, en el nacimiento del Señor ha tenido un momento culminante. Nos ha elegido para “ser santos e inmaculados…para ser alabanza de su gloria”. Dios, desde el principio, quiere que participemos de la vida divina de su Hijo, quiere elevar nuestra humilde condición de pecadores a la altísima dignidad de hijos de Dios.

El evangelio de hoy ya lo proclamamos en la misa del día de Navidad. El prólogo del evangelio de San Juan quiere que contemplemos la grandeza del misterio que es Dios y que nos envuelve a nosotros. “En el Verbo estaba la vida y la vida era la luz de los hombres” y esta vida acampó entre nosotros, nació de María virgen. Dios y hombre. Dios se ha manifestado en la carne humana.

Ahora somos nosotros quienes tenemos que acogerlo, para que su luz ilumine las oscuridades de la vida y de la condición humana.

Acogerlo es vivir creyendo en la gran dignidad que tiene cada ser humano, porque la Sabiduría de Dios ha recreado y dignificado la pobreza y la miseria humana. Ser hijos de Dios es “encarnarse”, comprometerse con todo lo que rebaja la dignidad de las personas que el Verbo ha querido abrazar y elevar. Creer en su nombre es creer en él, Dios y hombre verdadero, en lo que es, en lo que dice, en lo que hace y en cómo lo hace.

La liturgia de este segundo domingo de Navidad quiere que comprendamos que el Nacimiento de Jesús en Belén de esta manera, responde al plan eterno de un Dios amor, que quiere transformarnos y elevarnos, desde lo más hondo de la condición humana, por un amor comprometido y liberador. El Dios con nosotros quiere hacernos como él, quiere que compartamos su condición divina. Ahora debemos acogerle y responder.

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RELACION DE BAUTIZADOS EN EL 2013 
jueves, enero 2, 2014, 04:20 PM - Otros
RELACION DE BAUTIZADOS EN LA PARROQUIA DE NTRA. SRA, DEL REMEDIO DE VALENCIA DURANTE EL AÑO 2013 (18 niños y 15 niñas)

1. Paloma Aranda Selva, hija de Pablo y Paula
2. Miguel Bonilla Salvador, hijo de César y Patricia
3. Santiago Bonilla Salvador, hijo de César y Patricia
4. Almudena Calatayud Pérez de los Cobos, hija de José y Almudena
5. Eva Camarasa Romero, hija de Antonio y Eva María
6. Rubén Cantó Romero, hijo de Juan Luís y Carmen
7. Alba Chamorro Lanzuela, hija de Javier y Amparo
8. Vega delgado Echevarría, hija de Vicente y Mª Jesús
9. Ignacio Díaz Biosca, hijo de Ignacio y Carla
10. Sergio Dieng Bonet, hijo de Mamadou y Cristina
11. Santiago Fernández Fuster, hijo de Francisco y María
12. Paloma Ferrer Romero, hija de Javier y María
13. Claudia Gómez Carrión, hija de Ignacio y Mari-Cruz
14. Julia Gramuntell Roa, hija de Miguel y Carolina
15. Claudia Hornos Bonet, hija de Jorge y Claudia
16. Javier Lafora Vilar, hijo de Javier y Paloma
17. Nicolás Lozano Giner, hijo de Jesús y Mª Isabel
18. Josep Meca García hijo de Giuseppe y Guadalupe
19. Jacobo Micó Santoyo, hijo de José María y Mª Teresa
20. Ignacio Puigmoltó López, hijo de Ignacio y Blanca
21. Álvaro Rodríguez Verdejo, hijo de Pedro José y Nuria
22. Carlos María Roche Canet, hijo de Carlos y Cristina
23. Juan Romero Alamar, hijo de Juan y María
24. Marta Ruiz García-Gamón, hija de José luís y Marta
25. Sol Roger Baños, hijo de Gerardo y de Paz
26. Pablo Sancho Biosca, hijo de Rubén y Susana
27. Javier Serra Navarro, hijo de Javier y Mª Victoria
28. Marola-Pilar Soler Caja, hija de Rafael y Marola-Pilar
29. Candela Spinelli Cervera, hija de Stefano y María
30. Idoya Tramoyeres Selva, hija de Pablo e Idoya
31. Emma Vegas Peris, hija de José Manuel y Mª Belén
32. Manuel Villanueva Boix, hijo de Vicente y María
33. Lian Jazz Vooijs Núñez, hijo de Johnny Hugo y Miriam


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SANTA MARIA, MADRE DE DIOS. 1 de enero de 2014 
martes, diciembre 31, 2013, 04:16 PM - Comentarios a las Lecturas
DIA 1 DE ENERO 2014. Solemnidad de Santa María Madre de Dios.
Jornada de la Paz. Octava de Pascua. Comienzo del año civil.

1ª Lectura. Números 6, 22-27. Invocarán mi nombre sobre los Israelitas y yo los bendeciré.

Salmo 66. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

2ª Lectura. Gálatas 4, 4-7. Dios envió a su hijo nacido de una mujer.

Evangelio. Lucas 2, 16-21. Encontraron a María, José y al niño. Al cumplirse los ocho días le pusieron por nombre Jesús.

La Iglesia, con motivo del Nacimiento del Niño, hace fiesta a su Santa Madre. Es una fiesta llena de afecto y agradecimiento: María Virgen que nos ha dado al Hijo de Dios, principio y fin de la historia. San Pablo, en la segunda lectura nos dice que “Dios envió a su hijo nacido de una mujer”; es la única referencia a María en los escritos paulinos, pero está presentada como mediación entre Dios y nosotros: por ella hemos recibido al Señor. Ella, al ser una de nuestra raza, nos a cerca de manera muy humana a Dios. María nos da a Jesús. La piedad de los cristianos representa las imágenes de María con Jesús en brazos, mostrándonos la grandeza y la profundidad de su maternidad divina. Profundamente unidos, sigue mostrándolo a la Iglesia. “Santa María, Madre de Dios”.

Hoy día de la octava de navidad, continua en el evangelio el relato del nacimiento de Jesús; los pastores “fueron corriendo” donde estaban María y José y “les contaron” lo que habían oído de aquel niño. Es la actitud del que evangeliza: escuchar, y deprisa trasmitir y contar. Todos se admiraban de lo que decían los pastores, quienes volvieron dando gloria y alabanza a Dios. María guardaba en el corazón y cumplía la ley del Señor. ¡Qué gran ejemplo el de los humildes pastores! Son evangelizadores con mucha alegría porque tienen sencillez para escuchar y prontitud para trasmitir.¡ Que el mensaje no se quede en nosotros, como pozos ciegos, que sepamos hacerlo llegar a los demás para que les llegue la misma vida de Dios! Que en nosotros no haya nada que impida o dificulte el dar a conocer el amor de Dios.

Hoy es la jornada mundial de la paz, de la que está tan falto nuestro mundo. El papa, en su mensaje, nos recuerda que la fraternidad es el fundamento y el camino para la paz. La fraternidad nos hacer ver a los demás como hermanos a quienes acoger y querer, nunca como enemigos o contrincantes. Benedicto XVI nos decía que la globalidad nos acerca pero no nos hace más hermanos; las nuevas ideologías favorecen el individualismo y el egoísmo que lleva a utilizar a las personas y favorece la cultura del “descarte”. Solo la fraternidad devuelve la dignidad a las personas, vence la pobreza, extingue la guerra.

Y año nuevo. Feliz 2014. Nuevas oportunidades para hacer el bien, ser más santos, trabajar por un mundo más justo y fraterno. Un año menos nos separa del momento de encontrarnos con el Señor. A todos nos gusta “estrenar”, con propósitos concretos, posibles, evaluables, que nos ayuden a ser mejores. Por desgracia contemplamos un mundo con mucho sufrimiento y pocas esperanzas, porque a las personas se nos ha mentido y maltratado mucho y tenemos en nuestra vida el peso de nuestros pecados. Estos días de Navidad celebramos el Nacimiento de Dios, luz de los pueblos, príncipe de la paz, camino, verdad y vida.¡ Que El haga nuevo, bueno y feliz el año, el tiempo y la vida!

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SAGRADA FAMILIA. Ciclo A. 29-12-2013 
viernes, diciembre 27, 2013, 11:43 PM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO DE LA SAGRADA FAMILIA. Ciclo A (29-12-2013).

1ª Lectura. Eclesiástico 3 3-7.14-17ª. El que teme al Señor, honra a sus padres.

Salmo 127. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.

2ª Lectura. Colosenses 3, 12-21. La vida de familia vivida en el Señor.

Evangelio. Mateo 2, 13-15.19-23. Coge al Niño y a su madre y huye a Egipto.

El Señor, en su encarnación, se ha hecho semejante a nosotros, hasta en necesitar a una familia, que pertenecía a un pueblo, para entrar en nuestro mundo y formar parte de nuestra historia.

Hoy, en la oración colecta de la misa, la Iglesia nos recuerda que el Padre nos propone a la familia de Nazaret como maravilloso ejemplo, de quien debemos imitar sus virtudes domésticas y su unión en el amor.

Todos necesitamos una familia que nos cuide y defienda, que nos eduque y enseñe, que nos ame. Una familia unida por el amor y con muchas virtudes “domésticas” tan necesarias como discretas, para funcionar en la vida: orden, limpieza, delicadeza, respeto, austeridad…Una familia donde se nos enseñe a convivir, a estar con los demás sin que tengan que sufrirnos ni aguantarnos. Una familia donde aprendamos a compartir, porque somos muchos en el mundo y los bienes tienen que llegar a todos. Necesitamos familias unidas por el amor, donde cada miembro mira en primer lugar a los otros, busca su bien y felicidad; donde se prioriza al pequeño, al frágil, al enfermo, al que tiene menos recursos para valerse solo.

En la familia se aprende a rezar, porque Dios forma parte de ella. A escuchar y a hablar, porque se nos considera. A convivir y a respetar, porque no estamos solos y los demás son importantes. A trabajar, porque es nuestra forma de crecer, de servir y de entregarnos. A ser felices, porque nos sentimos amados. En la familia nos vamos desarrollando y configurando.

La familia es hogar, Iglesia, escuela, taller. Es el referente que nos sostiene y protege. En la familia se respeta y valora todo lo que somos, podemos y sufrimos: se nos ayuda a realizar nuestro propio proyecto personal. Amor en la unidad, no uniformidad que despersonaliza y empobrece.

La familia es tan necesaria e importante que todas las ideologías tienen interés en utilizarla y en influir en ella: en el concepto de educación, en el orden de sus valores, en la definición de su naturaleza. Su “estado de salud” es un indicador claro del momento de la sociedad en la que vive. La familia siempre es más fuerte si está edificada en el verdadero amor.

Los enemigos de la familia, además de la falta de fe y del respeto a la vida, son la incapacidad de amar, el miedo al compromiso, el hedonismo desenfrenado…La pobreza extrema, la falta de trabajo y de perspectivas de futuro, también son un serio obstáculo en los jóvenes para pensar en construir una familia.
La Iglesia siempre proclamará que es una comunidad de vida y amor, un referente del amor de Dios con la misión de colaborar en la trasmisión de la vida.

La familia de Nazaret fue pobre y pasó por todo tipo de dificultades. Cada uno de sus miembros vivió con el deseo de hacer siempre la voluntad del Padre Dios y con un gran amor y respeto hacia cada uno de los demás. Cumplir con la misión encomendada, desde el propio lugar y actuando por amor.

En la familia hay que creer. A la familia hay que aportar, amarla y construirla. “Honra a tu padre y a tu madre, respétalos, ten piedad con ellos, cuando decaigan sus fuerzas”. Es lo más grande, que en compensación por todo lo recibido, podemos hacer.

Hoy produce un gran dolor ver a muchas familias rotas, a muchas personas solas, a muchos emigrantes, separados de sus familias de origen, desarraigados de sus costumbres y culturas, sin presente ni futuro que les permita soñar con sus propias familias. Sin el respaldo y el calor de la propia familia resulta imposible sobrevivir en una sociedad como la nuestra. No hay ningún ser tan indefenso como un ser humano solo y falto de amor.

Los cristianos, además de vivir y defender los valores familiares en los que creemos, debemos comprometernos en las acciones que protejan a las familias, que apoyen sus derechos fundamentales, para que todo ser humano pueda tener su propia familia, disfrutar de ella, amar, vivir y morir en ella.

Es muy esperanzador el ejemplo que vemos en muchas personas e instituciones, órdenes religiosas y comunidades cristianas, incluso entre los mismos pobres, de solidaridad real y ayuda. Hay mucho camino por recorrer.

El crecimiento de la pobreza aumenta el número de personas desarraigadas, sin familias y sin ningún tipo de protección y esperanza. En este tiempo, las familias, compartiendo sus recursos materiales y su apoyo moral, están siendo una ayuda esencial en la resistencia contra tantos peligros y males.

Dios ha venido a crear la gran familia de los hombres y él es el primero en darlo todo para que sea posible una auténtica vida y familia humana. Es nuestro reto, es nuestra misión. Dios sigue empeñado en construir la familia humana, en revestir de su dignidad a todos los pobres. Cuenta con nosotros.


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NAVIDAD. MISA DEL DIA. Ciclo A. 25-12-2013 
viernes, diciembre 27, 2013, 07:44 AM - Comentarios a las Lecturas
NAVIDAD DEL SEÑOR. Misa del día. Ciclo A. 25 -12-2013.

1ª Lectura. Isaías 52, 7-10. Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios.

Salmo 97. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
2ª Lectura. Hebreos 1, 1-6. Dios nos ha hablado por su Hijo

Evangelio. Juan 1,1-18. La palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

“La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”.
La Palabra del mensajero, de los profetas, que anuncia la paz en la lejanía, la Palabra que estaba con Dios al principio por la que se hizo todo. La palabra que habló por los profetas; la palabra por la que todo ha venido a la existencia, la Palabra de Dios se hizo carne y hemos visto su gloria, en Belén, entre los pobres y en la cruz. En esta Palabra hemos conocido a Dios y hemos conocido a Cristo.

Es una Palabra, que como dicen los profetas, trae paz, felicidad y victoria: armonía interior, plenitud y dicha, vida de verdad. Una palabra que espera ser acogida para elevarnos a la vida misma de Dios, acogida por la obediencia y la comunión con ella.
Esta Palabra se hizo carne y “hemos visto su gloria”. Lo hemos contemplado. No es suficiente oír.

Un Dios que dialoga, nos saca del ensimismamiento.

Un Dios que es comunión, de la soledad.

Un Dios que se encarna, nos impulsa al compromiso con los pobres.

Un Dios revestido de fragilidad, sencillez y humildad nos habla de un estilo que no es la fuerza, la presión, la violencia.

Un Dios que se hace carne y asume lo más frágil de la condición humana, es un Dios de paz y no violencia.

Un Dios nuestro y de los nuestros, que nos quiere salvar desde dentro de la historia y del alma.

Un Dios que defiende al hombre.

Necesitamos la Navidad.
No para tener más regalos traídos por santa Claus que nos hagan más caprichosos e insolidarios. Tampoco para comer mejor y sigamos saturados de nosotros mismos; necesitamos la Navidad para sentir a Dios cerca, para valorar el estar unidos y en familia, para ocuparnos de que todos tengan lo necesario. No es excusa para sacar los mejores sentimientos y deseos escondidos hacia personas que ni nos preocupan ni nos ocupan a lo largo del año.

Navidad es el tiempo de contemplar a Dios, a María, a José, a los pastores…y conocer a Dios y mirarnos a nosotros mismos. Y salir nuevos si él nos cambia la vida. No es un producto más de la religión sino un tiempo de gracia, cambiar según es Dios y sentirnos elevados a la grandeza de compartir su misma vida.

El mundo, las familias, muchas empresas, grupos…están sumidos en diferentes oscuridades. El cristiano, iluminado por el Señor, tiene que aportar con su testimonio la luz de la fe.
Que no se diga de nosotros que “vino a su casa y no lo recibieron”, porque inmersos en otras cosas no nos abrimos a su mensaje de fe, fraternidad y acogida. A los que le recibieron les da el ser hijos si creen en su nombre.
¡A vivir la alegría de sentirse hijos muy queridos!

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