sábado, agosto 9, 2014, 10:07 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 19º DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo A. 10-8-2014.1ª Lectura. 1º Reyes 19, 9a.11-13ª. Aguarda al Señor en el monte.
Salmo 84. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación
2ª Lectura. Romanos 9, 1-5. Quisiera ser un proscrito por el bien de mis hermanos.
Evangelio. Mateo 14, 22-33. Mándame ir hacia ti andando sobre el agua.
Tenemos, de nuevo, a Jesús, en el lago de Tiberíades. La barca, frágil imagen de la Iglesia. Los apóstoles, expertos pescadores.
La barca está en el lago, en el mundo, expuesta a borrascas, tormentas, asaltos. Jesús está fuera y dentro de la barca. Pedro le pide poder caminar sobre las aguas y no aguanta los problemas del mundo; Cristo le toma fuerte de la mano, vuelven a la barca y el mar queda en calma. La barca no puede dejar de navegar, está expuesta a todas las crisis, amenazas y peligros, y tiene que acoger a todos aquellos que necesitan una tabla de salvación. Así está la Iglesia en medio del mundo, esta es su misión.
Los problemas del mundo, las dificultades de la Iglesia, las noches oscuras de los creyentes, son muchas. El verdadero timonel en la Iglesia es Jesucristo; Él es el salvador, no hay ningún otro poder humano que la preserve. La seguridad que da la Iglesia no es la envergadura del barco, sino la santidad del timonel. En la primera lectura, Elías en el Horeb reconoce el paso de Dios cuando experimentó la suave brisa. Dios actúa con suavidad, paz y eficacia.
No podemos estar solos en medio de las dificultades de la vida; terminamos sucumbiendo. La soledad y el aislamiento hacen al ser humano más indefenso. Necesitamos a los demás para que nos ayuden, para ayudarles, para compartir el afecto y la fe. La soledad nos hace más indefensos y terminamos atemorizados por nuestros propios fantasmas que cada vez son más numerosos, grandes e irreales.
La Iglesia, la parroquia, el grupo. Ahí está Cristo, siempre cerca y siempre atento. Necesitamos valorar y cuidar la comunidad, por fidelidad al Señor, porque es nuestra forma de presencia en la sociedad, por eficacia para mantener la fe y evangelizar.
Valorar la comunidad es sentirse parte y dedicar tiempo, cualidades y trabajos. El alma es el Espíritu Santo, pero nos necesita a nosotros con nuestros cinco panes y dos peces. Pablo llegó a pensar tanto en el bien de sus hermanos que incluso dijo que “llegaría a ser un proscrito” por ellos.
Agradezcamos al Señor que nos hizo de su familia, y que nos ofrece una meta y un destino, el cielo. Por el camino tenemos a la Iglesia para acoger, para curar, para acompañar, para alimentar…La Iglesia de Jesús, que con su asistencia, llegará al final.
( 386 visualizaciones )