Blog del párroco
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA (24-2-2013) 
sábado, febrero 23, 2013, 01:05 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 2º DE CUARESMA (24-02-2013)

1ª Lectura. Génesis 15, 5-12.17-18. Abrán creyó al Señor y se le contó en su haber. Dios hizo una alianza con él:”a tus descendientes les daré esta tierra”.

Salmo 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

2ª Lectura. Filipenses 3, 17 – 4,1. Nosotros somos ciudadanos del cielo. Cristo nos transformará según el modelo de su cuerpo glorioso.

Evangelio. Lucas 9, 28b-36. Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió.

En este segundo domingo de cuaresma contemplamos a Jesús que sube a la montaña para orar. La montaña siempre ha sido lugar privilegiado de encuentro con Dios. Hay montes muy significativos: el Horeb, el Sinaí, el de las Bienaventuranzas, el Tabor, el del huerto de los olivos, el Calvario. Hoy acompañamos a Jesús al Tabor. Allí, en la oración, se trasfiguró.

Transfigurarse es hacer presente, mostrar su divinidad. Su rostro y sus vestidos se volvieron de un blanco resplandeciente. Hoy en el salmo decimos: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?”; el Señor nos llena de confianza y de fuerza en medio de las dificultades.

Aparecieron junto a él Moisés y Elías, la ley y los profetas, y hablaron del “éxodo” que tenía que consumar Jesús en Jerusalén.

El primer éxodo rescató a los israelitas de la esclavitud de Egipto y duró cuarenta años; el pueblo recibió la ley en el Sinaí, Dios los guió, por medio de Moisés, y les protegió; una nube o una columna de fuego les indicaban el camino hasta que llegaron a la tierra que les dio el Señor. El éxodo de Jesús es su pascua, su paso de la muerte a la vida. Jesús habló con Moisés y Elías de su pasión. Jesús es la plenitud de la ley y el cumplimiento de todas las promesas y profecías; estos dos personajes junto a Jesús, todos resplandecientes de luz, nos lo muestran como el verdadero Mesías esperado. El Señor nos conquistará para siempre la verdadera tierra de promisión, el cielo, de donde somos ciudadanos, como nos dice San Pablo. La pasión, muerte y resurrección del Señor es el definitivo éxodo que nos libera de todas las esclavitudes.

Jesús subió con Pedro, Santiago y Juan, quienes llegaron cansados y con mucho sueño. También nos cuenta el evangelio que “Pedro no sabía lo que decía”, cuando hace la propuesta de montar las tres tiendas, y que, al cubrirles la nube “se llenaron de temor”. Pedro y los compañeros son el símbolo del hombre de hoy: cansado, adormecido, confundido ante el misterio, con la tentación de refugiarse en el pasado, con miedo a bajar al llano de la vida ordinaria a vivir el testimonio de quien ha visto la luz, de quien conoce la verdad. Necesitamos tener una vida cristiana más misionera, más coherente y comprometida; tenemos muchos miedos y respetos humanos que nos impiden ser auténticos testigos del evangelio.

Y se oyó la voz del Padre: “escuchadle”. Vivir de Cristo, vivir de su palabra. Tenemos que discernir la voz de Dios en medio de tantas palabras y saber lo que el Señor nos dice. Más conocimiento obediente de la palabra de Dios. En la primera lectura vemos a Abrahán que escuchó y creyó, y Dios prometió, se comprometió con él y cumplió: “se le contó en su haber”. En la segunda lectura Pablo nos habla de confianza a pesar de las dificultades del camino y nos recuerda que la obediencia a la palabra nos tiene que transformar, según el modelo que es Cristo, con esa energía que él tiene. La transformación personal es la invitación a la conversión continua.

Segundo domingo de cuaresma. La vida es un camino; necesitamos tiempos, espacios de oración para encontrar fuerzas, no olvidar nuestra identidad y no dejar de cumplir nuestra misión de testigos; transfiguración y escucha de la palabra; transformación. La contemplación de Cristo nos tiene que dar fuerza para recorrer los difíciles caminos de la vida, porque no hay resurrección sin cruz.

La eucaristía de cada domingo es el Tabor donde acompañamos a Cristo, escuchamos su palabra y queremos ser transformados por la comunión para que aparezca en nosotros la belleza de nuestra dignidad de hijos de Dios.

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PRIMER DOMINGO DE CUARESMA (17-2-2013) 
viernes, febrero 15, 2013, 03:46 PM - Comentarios a las Lecturas
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA (17-2-2013)

1ª Lectura. Deuteronomio 26, 4-10. Profesión de fe del pueblo escogido.

Salmo 90. Acompáñame, Señor, en la tribulación.

2ª Lectura. Romanos 10, 8-13. Profesión de fe del que cree en Jesucristo.

Evangelio. Lucas 4, 1-13. El Espíritu le iba llevando por el desierto y era tentado.

El miércoles, con el rito penitencial de la ceniza, iniciábamos la Cuaresma, el camino hacia la Pascua, la celebración de la victoria del Señor sobre la muerte.

“Recuerda que eres polvo y al polvo volverás”. “Convertíos y creed en el evangelio”. Estos son los dos mensajes de la Iglesia. Recordar la pobreza de nuestra condición humana, si vivimos solamente desde nosotros mismos y presentarnos la Palabra de Dios, como camino de conversión y de vida. Si Cristo no es la meta y quien da sentido a nuestras vidas, experimentamos la desesperanza y la pobreza.

Cuaresma de conversión y de fe; abandonar los ídolos frágiles y vacíos, el egoísmo que nos empobrece y nos cierra en nosotros mismos, y acoger el proyecto de Dios, el cumplimiento de su voluntad. La fe se alimenta de la escucha y de la obediencia a la Palabra de Dios, “creer en el Evangelio”. El evangelio del miércoles de ceniza nos exhortaba a no vivir de hipocresías y apariencias, a no buscar el ser considerados buenos por los demás, a hacerlo todo por el Señor. A ayunar de vanidades, a entregarnos con nuestro servicio y desde lo que somos a los que tenemos cerca, a profundizar en el espíritu de oración, viéndolo todo como Dios lo ve. Caridad más intensa, autodominio personal, servicio real y eficaz.

La primera lectura es una confesión de fe de Israel. “Mi padre fue un arameo errante”. Israel recuerda todo lo que Dios ha hecho con ellos en la historia. Sufrieron mucho, pero el Señor siempre acudió en su ayuda. El amor de Dios se concretó siempre en obras de liberación. Israel sabe que todo lo que Dios ha realizado en el pasado es garantía de que el Señor les seguirá ayudando. Una buena meditación cuaresmal es recordar todo lo que Dios ha hecho y sigue realizando en nuestra vida.

Pablo en la segunda lectura hace otra confesión de fe: “Si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó, te salvarás”. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios a la salvación. La fuerza de la Palabra escuchada y acogida con el alma, con la vida, nos lleva a la salvación. En cuaresma recordamos nuestra condición de bautizados, de hijos de Dios. Recibimos la fe como don, que ha ido creciendo y nos ha ido configurando a Cristo. Nuestra vida es con Cristo y debe ser como la de Cristo. La noche de pascual renovaremos la fe, y durante la cuaresma debemos mejorar nuestra vida cristiana. El cristiano en el mundo es testigos de la fe, testigo de Cristo.

Y el evangelio nos presenta a Jesús en el desierto, el lugar de la tentación y de la prueba; fue tentado, las afrontó y las venció; toda su vida estuvo unida a la voluntad del Padre. Nuestras tentaciones existen; son sugerencias internas que nos empujan a vivir desde nosotros, a recorrer caminos que no nos conducen a ninguna parte, a dejarnos llevar por nuestras apetencias e intereses y que nos apartan del camino del Evangelio. La tentación se presenta atractiva, rentable, fácil. Nos interpelan y nos ponen en situación de decidirnos: o seguimos el camino de Jesucristo o vivimos al margen de él. La tentación pone a prueba la vida moral y la vida de fe. Si decimos que sí al Maligno decimos que no a Dios.

Jesús dijo sí a Dios: “no solo de pan…sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”; “al Señor tu Dios adorarás…”.”No tentarás al Señor tu Dios”. Siempre dijo sí a lo que el Padre le pedía. La fidelidad al Evangelio hace que nuestra vida esté llena de Dios.

Primer domingo de Cuaresma, primera etapa hacia la Pascua. Debemos ser fieles a la Palabra, escucharla y discernirla en medio de tantas otras voces que nos confunden y aturden y optar por seguir el camino que es Cristo, su vida y su mensaje.

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DOMINDO 5º DEL TIEMPO ORDINARIO (10-2-2013) 
viernes, febrero 8, 2013, 07:48 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 5º DEL TIEMPO ORDINARIO (10-2-2013)

1ª Lectura. Isaías 6, 1ss. Aquí estoy, mándame.

Salmo 137. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

2ª Lectura. 1ª Corintios 15, 1-11. Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.

Evangelio. Lucas 5, 1-11. Dejándolo todo, lo siguieron.

Hoy las lecturas nos hablan de vocación. El Señor nos llama a seguirle y a colaborar con él. A Isaías en el templo, a Pedro, junto al mar de Galilea, a cada uno en su lugar de trabajo.
La llamada siempre supone un encuentro en el que la persona llamada se encuentra fascinado ante la grandeza del Señor y, como consecuencia, experimenta su propia pequeñez; Isaías exclama “¡Ay de mí, estoy perdido!” y Pedro dirá: “Apártate de mí que soy un pecador”. La respuesta es inmediata, “aquí estoy, mándame” y se da desde la disponibilidad y la obediencia: “en tu nombre, echaré las redes”.

El Señor sale a buscar a las personas a los lugares donde trabajan y viven, no se quedó en la sinagoga. La gente acude a él porque encuentran algo especial que necesitan: afecto, ayuda…salvación. El siempre se fija en el vacío y el fracaso de la gente, a Pedro le indica que “reme mar adentro” y, porque hizo caso a su palabra y quiso superar su fracaso…no podían con la pesca que recogieron.

Necesitamos encontrarnos con el Señor y no vivir en la soledad y el aislamiento de nosotros mismos, sino confiando en su palabra. No perder el ánimo en los primeros fracasos y seguir, trabajar, con la confianza de la perseverancia. “En tu nombre, Señor, volveré a echar las redes, como tu digas, donde tu indiques”. La eficacia depende de Dios, y la clase de eficacia. Muchas veces buscamos unas cosas y encontramos otras mejores, o no encontramos ninguna, porque no nos hacen falta y las necesitan más otras personas. Que disponga el Señor.

Isaías insiste en la purificación personal, la exterior y la interior, “mis labios y mi corazón”. El valor de nuestro testimonio depende de la fuerza y la presencia de Dios en nosotros.
Y Pablo, en la segunda lectura nos recuerda que hay que ir a lo fundamental, lo demás es perder el tiempo. “El evangelio que os trasmití fue éste:”Que Cristo murió por nuestros pecados…y se apareció…y por último a mí”. Las apariciones engendran misiones. Quien lo ha conocido lo tiene que testimoniar, que dar a conocer.

Sin Cristo nuestra vida es una pobreza y un vacío. El se acerca a nosotros y nos busca. La experiencia personal nos cambia interior y exteriormente y nos lanza a vivir de su palabra. El hace que la “pesca” valga la pena. A Isaías, a Pedro, a Pablo…los hizo pescadores; los tres experimentaron una profunda transformación personal que cambio radicalmente sus vidas.

¿Qué cambia Cristo en nosotros? ¿Ha ardido alguna vez nuestro corazón al tener experiencia de él en el camino de la vida? Venciendo nuestros desánimos, fracasos, perezas…por él, ¿lo hemos intentado de nuevo?. ¿Está nuestra vida centrada en lo fundamental o sigue llena de “entretenimientos” donde el Señor y su evangelio son solamente “algo más”?.

Necesitamos estar en los ambientes en que nos movemos con conciencia de enviados. Debemos ser iconos de Cristo: que a través de nosotros, les llegue el Señor y que lo vean en nuestras actuaciones, palabras, criterios, prioridades.

Este domingo es el día de manos Unidas, la Campaña contra el Hambre. Ver y actuar. “No hay justicia sin igualdad”. Vamos a afrontar programas donde se trabaje por la formación y defensa de la mujer; para que se le faciliten medios y ayudas, se le dignifique y así pueda desempeñar mejor su papel en la sociedad. La justicia es un atributo del mundo querido por Dios: “el reino de la verdad y la vida, de la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y de la paz”. Manos unidas, con su seria manera de trabajar, nos permite colaborar en este magnífico proyecto de Dios y nuestro. Como lo seguimos haciendo en su nombre, a ver si necesitamos más redes por la abundancia de la pesca de solidaridad y justicia.


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NO HAY JUSTICIA SIN IGUALDAD. Retiro parroquial de febrero (5-2-2013) 
martes, febrero 5, 2013, 10:07 AM - Otros
“NO HAY JUSTICIA SIN IGUALDAD”. Manos unidas 2013-02-1
RETIRO ESPIRITUAL PARROQUIAL DE FEBRERO (5-2-2013)

La campaña de Manos Unidas de este año se propone sensibilizar y actuar sobre el tercer objetivo del milenio: promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer.

Hace trece años, 189 países, en la llamada Cumbre del Milenio, se comprometieron a trabajar por un mundo más justo y humano. Fijaron ocho “objetivos de desarrollo” relacionados con el hambre, la educación, la sanidad, la mortalidad infantil, el sida, la igualdad entre los sexos, el medio ambiente… y se dieron de plazo para lograrlo hasta el 2015. El primero de los objetivos hablaba de erradicar la pobreza extrema y el hambre y se propuso reducir a la mitad, antes del 2015 el número de personas que tienen solamente un dólar al día para sobrevivir. Pese al esfuerzo realizado, se ha fracasado, sigue habiendo mil millones de personas mal nutridas y una de cada ocho se acuesta con el estomago vacío. El trabajo a realizar es mucho y muy urgente.

En el año 2011 se aprobaron 605 proyectos de desarrollo para 58 países: 240 en África, 148 en América, 217 en Asia y Oceanía. Proyectos de formación de la mujer (70), educativos (207), sanitarios (112), sociales (118), agrícolas (98).

Siguen siendo muy necesarias las campañas que realizan manos unidas, cada segundo domingo de febrero, para luchar contra el hambre, contra la miseria, contra la enfermedad, contra la falta de instrucción, el subdesarrollo…Manos Unidas ya lleva cincuenta y cuatro compañas de trabajo concreto, urgente e inteligente. Este año se centra en la mujer, verdadero pilar que hace posible y rentable los medios para salir adelante.

La mujer a lo largo de la historia ha sido menos considerada que el hombre y es víctima de violencia física, sexual, sicológica; son las niñas y las mujeres las grandes víctimas del comercio de personas, para todo uso y explotación. Las víctimas en los abortos y las mas abandonadas por su condición de niñas; mas explotadas que el hombre y peor pagadas, peor escolarizadas y por tanto menos preparadas, para afrontar los distintos papeles en la sociedad.
Esta campaña quiere ir a la raíz de la discriminación que sufren las mujeres y apoyar proyectos que denuncian estas situaciones de injusticia, que creen conciencia de la grave injusticia y que procure medios que ayuden en la educación y capacitación.

El cartel es muy significativo. Presenta a una hermosa mujer, bellamente vestida y enjoyada, que es el eje o fiel de una balanza cuyos cestos, a partes iguales, portan la justicia y la igualdad. Sin una mujer digna y dignificada es imposible la paridad en los conceptos justicia-igualdad. La mujer es imprescindible en la realización de los pueblos del tercer mundo. En la medida en que la mujer esté más capacitada y sea más reconocida para poder actuar en todos los ámbitos de la vida (cultura-educación, política, sanidad, judicatura…) el progreso de los pueblos será más posible, en el ámbito de la familia, de la economía, de la educación…El fondo del cartel es un “sol” que apunta un nuevo amanecer si cuidamos esta acción.

Promover que la mujer sea tratada con toda la dignidad que le corresponde, por ser persona y desarrollar sus capacidades y su autonomía. Es mucho lo que se ha hecho y es mucho lo que queda por hacer. Sensibilizar, despertar, en primer lugar a las propias mujeres que deben ser agentes en su transformación personal y en su formación y capacitación, en la conquista de su lugar en la sociedad. Sensibilizar y educar a la sociedad en la valoración de este derecho, en el reconocimiento de este bien, en la colaboración en la consecución de estas metas.

Manos Unidas, como siempre, diseña caminos concretos, justos, posibles y evaluables, para ir dando pasos en la dirección de esta gran tarea. No es obra de unos pocos, sino de muchos trabajando en la misma dirección cada uno desde su propio sitio.

Nosotros podemos colaborar económicamente en los proyectos de Manos Unidas; pero también colaboramos compartiendo esta mentalidad y creando a nuestro alrededor estado de opinión. En el llamado primer mundo todavía se dan muchas formas de discriminación de la mujer. No solo es un botón de muestra la violencia contra la mujer, que la contempla como propiedad del hombre, sino el que los índices de paro sean más altos entre las mujeres y que su trabajo esté peor remunerado que el de los hombres. Determinados trabajos, como el servicio doméstico, son destinados, sobre todo a las mujeres. La idea social que subyace sobre la mujer como objeto decorativo o instrumento de placer, creada por su utilización en el mundo de la publicidad y en el de la pornografía, la prostitución… hace todavía mucho mal en su consideración y valoración.

Sin embargo, son muchas las mujeres que, con su preparación, competencia y profesionalidad en todos los ámbitos, están abriendo caminos nuevos y aportando una visión más humana a los problemas, siendo una riqueza, un ejemplo y un referente para las mujeres del tercer mundo. Presentando otra forma de ser mujer.

Justicia, igualdad de derechos, de trato, son bellas palabras necesarias para que sea posible una vida digna para todos.
Discriminación y minusvaloración por razón de razas, culturas o sexos, de credo religioso, es un prejuicio presente en este tiempo multicultural y multirracial. Todas las personas, con la misma preparación somos capaces de realizar los mismos trabajos. Por estructura física, hay personas más fuertes y más rápidas y resistentes; por educación, hay grupos más cultivados para determinados trabajos. Las diferencias son riqueza para todos; y todo ser humano, imagen y semejanza de Dios, tiene la misma dignidad y debe gozar de los mismos derechos, y con preparación, puede realizar, con peculiaridades, los mismos trabajos.

Para nuestro mundo no solo es un deber de justicia sino que es un bien el que las mujeres desarrollen todas sus potencialidades y puedan aportar a nuestra sociedad su competencia y riqueza.
Manos Unidas nos ofrece el gran servicio de ver los problemas, ordenarlos y priorizar, y diseñar el camino para afrontarlo. Les agradecemos su servicio que hace posible y eficaz nuestro deseo de ayudar, y su trasparencia en la gestión para que los medios sirvan realmente para aquello a lo que se destinan.

Entre nosotros muchas instituciones de iglesia, congragaciones de consagrados, grupos de laicos cristianos y sobre todo, muchos cristianos a nivel personal, que como exigencia de su fe que ofertan su ayuda y cursos de formación, presencia junto a ellos en acciones y talleres, centros de cultura popular, los comedores sociales…que ofrecen una ayuda directa. Son ejemplares los jóvenes y adultos que desinteresadamente comparten sus vacaciones en campos de trabajo del tercer mundo. Son acciones laudables que nos hablan de la bondad y de la generosidad de la gente. Debemos tener esta actitud de colaborar de la forma que podamos, con toda institución que se dedica a los demás.

Manos Unidas, por su capacidad, experiencia y organización puede afrontar acciones y proyectos mayores para afrontar tanta forma de pobreza. A colaborar con nuestra oración, valoración y limosna.

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DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO (3-2-2013) 
jueves, enero 31, 2013, 10:51 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO (3-2-2013)

1ª Lectura. Jeremías 1, 4-5.17-19. Te nombré profeta de los gentiles.

Salmo 70. Mi boca anunciará tu salvación.

2ª Lectura. 1ª Corintios 12, 31 – 13, 13. Quedan la fe, la esperanza, el amor; pero lo más grande es el amor.

Evangelio. Lucas 4, 21-30. Ningún profeta es bien acogido en su tierra.

Hoy es domingo de vocación y de envió.

En la primera lectura Jeremías nos habla de su vocación: se siente elegido desde el seno materno y enviado para ser profeta entre los gentiles; misión muy difícil, que le costó muchas lágrimas y sufrimientos, donde experimentó el rechazo entre aquellos a quienes fue enviado. Pero el Señor se comprometió con él:”te convierto en plaza fuerte…estoy contigo para librarte”. El Señor siempre nos da los medios para poder realizar el encargo que nos hace.

En el evangelio Jesús, el enviado por excelencia, es rechazado entre los suyos, hasta el punto de querer tirarlo por un barranco muy grande para acabar con él. No le aceptan por su origen humilde, es de su pueblo y como ellos y les cuesta reconocer que vale más, que es mejor, que hay algo en él que le hace especial. Tampoco les gusta el que realice milagros entre los forasteros y extranjeros; todo lo quieren para ellos. Jesús es fiel a su estilo de actuación, con su sencillez y humildad nos recuerda que viene a todos, porque todos son importantes para Dios, como ya hicieron los antiguos profetas.

Los cristianos sabemos que también hemos sido llamados a la vida desde el vientre materno, que nuestra vida es regalo de Dios; en el bautismo fuimos llamados, consagrados y enviados; siempre van unidas la vocación y la misión; pero… ¿cuál es, en concreto, la nuestra? ¿Qué quiere el Señor de nosotros? La oración y la reflexión nos ayudan a descubrir lo que Dios nos pide; luego, seremos buenos testigos si hemos vivido y actuado cristianamente, con mucho amor, con mucha entrega, con mucho interés por los demás, sin regatear sacrificios.

Dios nos eligió y nos llamó a la vida fue por amor. ¡Qué difícil nos resulta ser conscientes de que en nuestra vida todo lo que hemos recibido ha sido porque somos amados! Todos tenemos una misión, Dios cuenta con todos, nos necesita a todos. En la oración, Dios nos ayuda a ver lo que quiere de cada uno en el hoy que vivimos; muchas veces no coinciden nuestros planes personales, nuestros intereses, gustos o prioridades con lo que Dios nos pide. Muchas veces nos gustaría más hacer, dirigir, protagonizar…que sufrir, acompañar, trabajar en la sombra…Lo importante es hacer con amor la voluntad de Dios.

De todo esto nos habla San Pablo en la segunda lectura. Nos urge a que todo lo hagamos porque amamos y porque nos sentimos amados; solamente lo que se hace por amor es auténtico y permanece: “el amor no pasa nunca”. Hay amoríos que son como un espejismo, no tienen consistencia: solo se busca a sí mismo y al propio interés.
El amor por excelencia es el que vemos en el Padre y en Jesucristo. El Padre nos da lo más valioso de sí mismo, a su Hijo; Jesús nos da su vida, entregada sin regateos, con mucho sufrimiento. Cuando nuestro amor corresponde al amor recibido, nuestro amor, tampoco pasa nunca.

Pero la misión es difícil. Tuvieron dificultades los profetas. Tuvo dificultades Cristo entre sus paisanos. Nosotros, también tenemos dificultades y sufrimos críticas, calumnias, envidias…En la sociedad se evita que estén presentes signos cristianos, valores evangélicos. La moral cristiana estorba donde el ideal de felicidad está en la satisfacción de los sentidos.

El lugar del cristiano es estar en todas las realidades, tareas y situaciones en que se sirva al ser humano con los valores del evangelio, desde el verdadero amor, sirviendo realmente al hombre y a la causa del hombre. Hoy tenemos un gran campo por la descristianización generalizada, por la sociedad tan multirracial y multirreligiosa, por tantas situaciones de sufrimiento y pobreza. “Hoy” es el tiempo de Dios para empezar a actuar. Y no tengamos la actitud de los paisanos del Señor; seamos generosos para valorar y alegrarnos de las cualidades de todos, sin envidias ni rivalidades. Todo lo bueno de los demás nos enriquece.

“Quedan la fe, le esperanza, el amor…la más grande es el amor”.

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