martes, febrero 5, 2013, 10:07 AM - Otros
“NO HAY JUSTICIA SIN IGUALDAD”. Manos unidas 2013-02-1RETIRO ESPIRITUAL PARROQUIAL DE FEBRERO (5-2-2013)
La campaña de Manos Unidas de este año se propone sensibilizar y actuar sobre el tercer objetivo del milenio: promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer.
Hace trece años, 189 países, en la llamada Cumbre del Milenio, se comprometieron a trabajar por un mundo más justo y humano. Fijaron ocho “objetivos de desarrollo” relacionados con el hambre, la educación, la sanidad, la mortalidad infantil, el sida, la igualdad entre los sexos, el medio ambiente… y se dieron de plazo para lograrlo hasta el 2015. El primero de los objetivos hablaba de erradicar la pobreza extrema y el hambre y se propuso reducir a la mitad, antes del 2015 el número de personas que tienen solamente un dólar al día para sobrevivir. Pese al esfuerzo realizado, se ha fracasado, sigue habiendo mil millones de personas mal nutridas y una de cada ocho se acuesta con el estomago vacío. El trabajo a realizar es mucho y muy urgente.
En el año 2011 se aprobaron 605 proyectos de desarrollo para 58 países: 240 en África, 148 en América, 217 en Asia y Oceanía. Proyectos de formación de la mujer (70), educativos (207), sanitarios (112), sociales (118), agrícolas (98).
Siguen siendo muy necesarias las campañas que realizan manos unidas, cada segundo domingo de febrero, para luchar contra el hambre, contra la miseria, contra la enfermedad, contra la falta de instrucción, el subdesarrollo…Manos Unidas ya lleva cincuenta y cuatro compañas de trabajo concreto, urgente e inteligente. Este año se centra en la mujer, verdadero pilar que hace posible y rentable los medios para salir adelante.
La mujer a lo largo de la historia ha sido menos considerada que el hombre y es víctima de violencia física, sexual, sicológica; son las niñas y las mujeres las grandes víctimas del comercio de personas, para todo uso y explotación. Las víctimas en los abortos y las mas abandonadas por su condición de niñas; mas explotadas que el hombre y peor pagadas, peor escolarizadas y por tanto menos preparadas, para afrontar los distintos papeles en la sociedad.
Esta campaña quiere ir a la raíz de la discriminación que sufren las mujeres y apoyar proyectos que denuncian estas situaciones de injusticia, que creen conciencia de la grave injusticia y que procure medios que ayuden en la educación y capacitación.
El cartel es muy significativo. Presenta a una hermosa mujer, bellamente vestida y enjoyada, que es el eje o fiel de una balanza cuyos cestos, a partes iguales, portan la justicia y la igualdad. Sin una mujer digna y dignificada es imposible la paridad en los conceptos justicia-igualdad. La mujer es imprescindible en la realización de los pueblos del tercer mundo. En la medida en que la mujer esté más capacitada y sea más reconocida para poder actuar en todos los ámbitos de la vida (cultura-educación, política, sanidad, judicatura…) el progreso de los pueblos será más posible, en el ámbito de la familia, de la economía, de la educación…El fondo del cartel es un “sol” que apunta un nuevo amanecer si cuidamos esta acción.
Promover que la mujer sea tratada con toda la dignidad que le corresponde, por ser persona y desarrollar sus capacidades y su autonomía. Es mucho lo que se ha hecho y es mucho lo que queda por hacer. Sensibilizar, despertar, en primer lugar a las propias mujeres que deben ser agentes en su transformación personal y en su formación y capacitación, en la conquista de su lugar en la sociedad. Sensibilizar y educar a la sociedad en la valoración de este derecho, en el reconocimiento de este bien, en la colaboración en la consecución de estas metas.
Manos Unidas, como siempre, diseña caminos concretos, justos, posibles y evaluables, para ir dando pasos en la dirección de esta gran tarea. No es obra de unos pocos, sino de muchos trabajando en la misma dirección cada uno desde su propio sitio.
Nosotros podemos colaborar económicamente en los proyectos de Manos Unidas; pero también colaboramos compartiendo esta mentalidad y creando a nuestro alrededor estado de opinión. En el llamado primer mundo todavía se dan muchas formas de discriminación de la mujer. No solo es un botón de muestra la violencia contra la mujer, que la contempla como propiedad del hombre, sino el que los índices de paro sean más altos entre las mujeres y que su trabajo esté peor remunerado que el de los hombres. Determinados trabajos, como el servicio doméstico, son destinados, sobre todo a las mujeres. La idea social que subyace sobre la mujer como objeto decorativo o instrumento de placer, creada por su utilización en el mundo de la publicidad y en el de la pornografía, la prostitución… hace todavía mucho mal en su consideración y valoración.
Sin embargo, son muchas las mujeres que, con su preparación, competencia y profesionalidad en todos los ámbitos, están abriendo caminos nuevos y aportando una visión más humana a los problemas, siendo una riqueza, un ejemplo y un referente para las mujeres del tercer mundo. Presentando otra forma de ser mujer.
Justicia, igualdad de derechos, de trato, son bellas palabras necesarias para que sea posible una vida digna para todos.
Discriminación y minusvaloración por razón de razas, culturas o sexos, de credo religioso, es un prejuicio presente en este tiempo multicultural y multirracial. Todas las personas, con la misma preparación somos capaces de realizar los mismos trabajos. Por estructura física, hay personas más fuertes y más rápidas y resistentes; por educación, hay grupos más cultivados para determinados trabajos. Las diferencias son riqueza para todos; y todo ser humano, imagen y semejanza de Dios, tiene la misma dignidad y debe gozar de los mismos derechos, y con preparación, puede realizar, con peculiaridades, los mismos trabajos.
Para nuestro mundo no solo es un deber de justicia sino que es un bien el que las mujeres desarrollen todas sus potencialidades y puedan aportar a nuestra sociedad su competencia y riqueza.
Manos Unidas nos ofrece el gran servicio de ver los problemas, ordenarlos y priorizar, y diseñar el camino para afrontarlo. Les agradecemos su servicio que hace posible y eficaz nuestro deseo de ayudar, y su trasparencia en la gestión para que los medios sirvan realmente para aquello a lo que se destinan.
Entre nosotros muchas instituciones de iglesia, congragaciones de consagrados, grupos de laicos cristianos y sobre todo, muchos cristianos a nivel personal, que como exigencia de su fe que ofertan su ayuda y cursos de formación, presencia junto a ellos en acciones y talleres, centros de cultura popular, los comedores sociales…que ofrecen una ayuda directa. Son ejemplares los jóvenes y adultos que desinteresadamente comparten sus vacaciones en campos de trabajo del tercer mundo. Son acciones laudables que nos hablan de la bondad y de la generosidad de la gente. Debemos tener esta actitud de colaborar de la forma que podamos, con toda institución que se dedica a los demás.
Manos Unidas, por su capacidad, experiencia y organización puede afrontar acciones y proyectos mayores para afrontar tanta forma de pobreza. A colaborar con nuestra oración, valoración y limosna.
