Blog del párroco
DOMINGO 5º DE PASCUA (28-04-2103) 
sábado, abril 27, 2013, 08:29 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 5º DE PASCUA. Ciclo C (28-04-2013)

1ª Lectura. Hechos 14, 21b-26. Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.

Salmo 144. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey.

2ª Lectura. Apocalipsis 21, 1-5ª. Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.

Evangelio. Juan 13, 31-33a. 34-35. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros.

En la Pascua anunciamos a Cristo resucitado, a su persona, sus palabras, su vida. Con el primer anuncio de los apóstoles se van formando comunidades de creyentes que viven y que a su vez, anuncian la fe.

En la primera lectura, Pablo y Bernabé, de regreso de su primer viaje apostólico, visitan a las comunidades cristianas constituidas y les animan y exhortan a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, ayunaban y pedían, conscientes de que era el Señor quien realmente actuaba contando con su esfuerzo y entrega.

Eran felices en su trabajo apostólico viendo lo que Dios hacía a través de ellos y cómo sembraban la fe entre los gentiles.. La Iglesia crecía y se expandía.

En el Evangelio, después de la traición de Judas, a punto de ser glorificad el padre con la entrega obediente de Cristo, cuando Cristo nos amó hasta el extremo, Jesús nos da el mandamiento nuevo. Antes, nos había dicho cómo nos amaba él, con la figura del Buen Pastor.
Como nos ama Cristo debe amarse la comunidad cristiana: “amaos los unos a los otros”, “amaos mutuamente”. Así, la comunidad cristiana, ante los pobres del mundo se convierte en comunidad samaritana que ama, sirve y se hace cargo de los pobres y de los “heridos” de esta vida. El mandamiento es nuevo porque la medida es “como yo os he amado” y llega “hasta a los enemigos”.

Esta forma de ser o de amar supone una nueva creación, “un cielo nuevo y una nueva tierra porque el primer cielo y la primera tierra ya han pasado”. Ser así es “estar adornada como corresponde para el esposo” que nos amó hasta la muerte en cruz. Este es “el universo nuevo” que quiere hacer Jesucristo.

Queridos hermanos, en el hoy de nuestro mundo tiene que vivir la comunidad cristiana tiene que vivir su misión como testigo y fermento. Tenemos muchos peligros, ser comunidades que viven cerradas en sus normas y costumbres preocupadas de su fidelidad sin reparar en el peligro de caer en la dureza de corazón que da la autosuficiencia; podemos configurarnos con el mundo, mundanizarnos, perder el “sabor” cristiano y no ser testigos del Señor ni invitar a cambiar a nadie. Podemos justificar el que los pobres vivan como viven y sufran lo que sufren.

La palabra de Dios es clara. “amaos como yo os he amado”, “Dadles vosotros de comer”, “haced vosotros lo mismo que me habéis visto hacer”, “conmigo lo hicisteis”.

No se puede amar por obligación. Solo quien si siente muy amado, muy perdonado, muy servido…ve con normalidad y sencillez que no se puede vivir de otra manera. La contemplación del amor de Dios en nuestra vida y la comprensión del valor y de la dignidad del hermano nos pueden ayudar a vivir así. También hay que ser muy críticos con las maneras de ser del mundo: las mentiras y la pasión ciega, está detrás de la ruptura de muchas familias; la codicia, confronta con padres, hijos, hermanos…y puede llevar a cometer robos y estafas; la necesidad, nos puede hacer egoístas e insolidarios y vivir al margen de los que sufren por ancianidad, enfermedad, pobreza, abandonos…para estar tranquilos, no en paz.

La comunidad cristiana viene a traer la novedad de Cristo, el mandamiento del amor, que cada día nos juzga, para saber si estamos a la altura y en la onda del Maestro, solamente así somos Iglesia de Cristo.

Es necesario cambiar el corazón y los comportamientos, para recuperar el Espíritu de Jesús y la novedad del Evangelio. Todo lo demás, si es bueno y sirve al hombre, nos puede ayudar, pero no es suficiente. El orden nuevo que nos trae Cristo resucitado supone estas comunidades realmente fraternas.

La eucaristía de cada domingo es la comida de hermanos donde cada uno tiene su sitio en la mesa y en la casa de Dios; la acción de gracias de la Iglesia que se siente amada, servida y perdonada; el momento en que Cristo nos alimenta para transformarnos en Él, y que la comunidad sea fermento nuevo y vigoroso de una nueva humanidad.

El pastor llega a ser el cordero inmolado por todos, para limpiar nuestros pecados y enjugar nuestras lágrimas; se nos ofrece como comida pascual, de tiempo nuevo de resurrección, para que tengamos vida, su misma vida y con nuestro amor llenemos el vacío de él. El sigue amando a través de la Iglesia; la Iglesia es él y él es la Iglesia. La misión de cada comunidad cristiana es ser Cristo.

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DOMINGO 4º DE PASCUA. Ciclo C. DIA DEL BUEN PASTOR (21-4-2013) 
sábado, abril 20, 2013, 11:19 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 4º DE PASCUA. Ciclo C. DIA DEL BUEN PASTOR (21-4-2103)

1ªLectura. Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52.Teníamos que anunciaros primero a vosotros la Palabra de Dios; pero como la rechazáis…, sabed que nos dedicamos a los gentiles.

Salmo 99. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

2ª Lectura. Apocalipsis 7, 9.14b-17. El Cordero será su pastor y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas.

Evangelio. Juan 10, 27-30. Yo les doy la vida eterna, no perecerán para siempre…Mi Padre me las ha dado.

El cuarto domingo de Pascua es el domingo del Buen Pastor. La primera representación de Cristo, después de la resurrección, fue como un joven pastor, que lleva una oveja con mucho cariño, sobre sus hombros.

Esta figura nos habla de cómo quiere el Señor que sea nuestra relación con él: muy personal, de íntimo conocimiento, de amor que cuida, protege y defiende. La oveja conoce y reconoce la voz del pastor en medio de otras voces, de otros ruidos y de otros intereses. Y se siente cuidada y protegida.

El pasto que él nos da es su palabra, su vida entregada, la eucaristía. Su palabra siempre es Buena Noticia, porque nos trasmite la verdad del Padre, la alegría de la resurrección, su nueva forma de pensar, vivir y actuar. Su doctrina son los buenos pastos hacia donde nos conduce.

Estas palabras van destinadas a todos; unos las reciben con alegría y fe, otros la rechazan. En la primera lectura Pablo y Bernabé dicen que se dirigen a los gentiles porque han sido rechazados por los judíos...Ni los apóstoles ni la Iglesia tienen que dejar de evangelizar, tenemos que hacer llegar el mensaje del Pastor que trae vida y salvación a todos. El Papa Francisco nos urge y nos envía, en un tiempo en que reina el desánimo, el cansancio, la increencia en antiguas comunidades que vivieron tiempos muy florecientes como creyentes, a salir a las “periferias”, a los alejados, a los pobres y a los necesitados de esperanza; a trasmitir el evangelio de la misericordia con obras y palabras. Nos advierte del peligro de vivir cerrados en nosotros mismos (“Iglesia autorreferencial”) y nos dice que “prefiere mil veces una Iglesia accidentada que enferma”. Misión en lugar de estar ocupados en otras cosas.

Las ovejas somos el don del Padre a Jesucristo, “mi Padre me las ha dado” y Cristo es el don del Padre a nosotros. Así formamos parte de la vida trinitaria: darse, darlo todo, ser un don para Dios y para los demás.

La segunda lectura, del Apocalipsis nos revela dónde está ahora el Resucitado. El es el Pastor y el Cordero, nos ha redimido con su entrega en la cruz, está en la gloria y junto a él están ya los que han sido fieles, están revestidos de santidad, con vestiduras blancas; con las palmas de victoria en las manos, lavados por la sangre del Cordero. Allí “enjugará las lágrimas de nuestros ojos y ya no habrá mas llanto ni dolor…” En cada eucaristía participamos de la liturgia del cielo y experimentamos el amor tierno de Dios que enjuga nuestras lágrimas y nos purifica con su entrega.

El Pastor necesita pastores. Debemos valorar el ministerio sacerdotal en la Iglesia. El “discípulo no es más que el Maestro”. Los pastores sufrimos incomprensiones, calumnias, persecuciones…en el seno de las comunidades y en el mundo. Hay que rezar por los sacerdotes, por su fidelidad y perseverancia, por su santidad. Hay que rezar para que jóvenes generosos respondan a la llamada del Señor a la vida sacerdotal como sacerdotes seculares, que están al frente de las parroquias. Hay que rezar para que las familias sean semillero de vocaciones y acojan la vocación de los hijos como un don de Dios.

Que la Eucaristía, en la que se nos da Cristo como pasto divino, maná y pan de vida, nos transforme en Cristo, para que seamos evangelio vivo.


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A LOS NIÑOS Y NIÑAS DE PRIMERA COMUNION DEL 2013 DE LA PARROQUIA DEL REMEDIO DE VALENCIA 
martes, abril 16, 2013, 04:35 PM - Otros
A LOS NIÑOS Y NIÑAS DE PRIMERA COMUNIÓN DE LA PARROQUIA DE NTRA. SRA. DEL REMEDIO DE VALENCIA DE 2013.

Pablo Caturla Rubio
Irene Crehuet Girona
Asís Echevarrieta González
Joaquín de Elio de Rojas
Marta Jiménez Morera
Alexander Kokkes Vilanova
Sofía Leach Rodríguez
Martina Llobell González
Álvaro Llombart Bordils
Manuel Llombart Bordils
Carlos de Miguel Codoñer
Miguel Miravet Carbonell
Rebeca Peris Noguera
Violeta Peris Noguera
Celia Piñón Azpitarte
Amparo Rodríguez Alfonso
Rodrigo Rodríguez Alfonso
Lucas Zamorano Vilar

Queridos niños y niñas: Estoy muy contento porque está cerca el día de vuestra primera comunión y vais a recibir al Señor.

Han pasado muy deprisa estos cursos de catecismo. El primer día, vuestros padres os acompañaron a la parroquia a comenzar la catequesis. Erais pequeños, os costó un poco separaros de ellos, teníais un poco de vergüenza…pero pronto os encontrasteis como en vuestra propia casa. Aquí habéis conocido un poco más a la Iglesia, esa gran familia de la que también formáis parte vosotros, y a Jesús.

Aquí, cada semana, hemos rezado juntos en la capilla, ante el sagrario, donde nos espera Jesús. Aquí os he podido contar y explicar muchas cosas de él y de las fiestas que celebramos los cristianos. Aquí os hemos enseñado cómo debemos actuar para hacer el bien y que el Señor esté más contento de nosotros.

Creo que le conocéis más y que habéis aprendido muchas cosas: de su familia, de todo el bien que hacía, de los lugares por donde iba, de su victoria sobre la muerte…Y de su madre María, que también es nuestra madre. ¡Cuánto nos gusta conocer cosas de las personas que nos quieren! ¡Qué interesante ha sido conocer a Jesús y cómo ayudaba a las personas: enseñaba, consolaba, perdonaba, daba de comer, curaba, resucitaba…! Y todo lo hacía por amor. Él espera que sus amigos hagamos lo mismo.

Pero, sobre todo, en el catecismo, hemos conocido que Jesús nos dejó una prueba de su amistad, la Eucaristía, para estar siempre cerca de nosotros y le podamos recibir en nuestro corazón. Esto es lo que va a pasar el día de vuestra comunión por primera vez.

La Eucaristía es el mismo Jesús. No en persona, como nos tenemos a nosotros, sino en forma de pan y vino. Tuvo que pensar mucho para hacerlo así. ¿Cómo iba a ser de todos y de cada uno y a lo largo de toda la vida? Una tarde muy especial, en la cena de pascua que preparó como cena de despedida, nos dijo que nos amaba mucho, nos invitó a que nos amaramos y nos enseñó a amar. Él comenzó a servir la mesa, a lavar los pies de los discípulos, nos dio el pan y el vino, y nos dijo que era su cuerpo y su vida que nos entregaba. Desde aquel día tenemos con nosotros siempre a Jesús. Los cristianos tenemos que agradecer y corresponder a tanto amor y a tanta confianza. Nos enseñó que quien más ama, más sirve, más se entrega y más perdona. Y nos encargó: “Haced esto en memoria mía”. Esto es lo que hacemos cuando celebramos la santa misa.

A partir de ahora ya podréis participar los domingos de la misa de otra manera, acercándoos a comulgar. Dad gracias a Jesús cada vez, porque nos ama, nos acompaña y nos ayuda. Al recibirle le decimos que queremos parecernos más a él.

Cada domingo escuchamos juntos su palabra, le ofrecemos nuestro trabajo, rezamos por todos, nos sentimos unidos a todas las personas y comulgamos para seguir la vida con otra fuerza y con otra alegría. Al final el sacerdote nos despide en el nombre del Señor, para que pasemos una buena semana y actuemos siempre como cristianos.

Porque vais a recibir a Jesús por primera vez vuestros padres os han preparado una fiesta; vendréis bien vestidos; tendréis cerca a todas las personas que os quieren y hasta os regalarán muchas cosas, porque es una de las formas como nuestros familiares y amigos nos manifiestan lo que nos quieren.

Por todo esto, sé que estáis un poco más nerviosos y lo comprendo; pero sobre todo, debéis estar muy contentos porque vais a recibir al Señor y porque muchas personas os quieren y desean que seáis muy felices. Corresponded siendo más buenos,especialmente con los que tienen menos cosas y menos amigos.

A vuestros padres les queremos felicitar por vosotros, y porque siempre les tenéis tan cerca; por todo lo que hacen y seguirán haciendo por vosotros. Sois lo mejor que tienen.

Las catequistas y yo os damos un gran abrazo, rezamos por vosotros y vuestras familias y, por todo lo que hemos vivido, ya sabéis que también somos un poco vuestros.

Vuestro sacerdote, Gil.

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DOMINGO 3º DE PASCUA. Ciclo C (14-4-2013) 
sábado, abril 13, 2013, 11:50 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 3º DE PASCUA. Ciclo C (14-4-2013)

1ª Lectura. Hechos de los Apóstoles 5, 27ss. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.

Salmo 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

2ª Lectura. Apocalipsis 5, 11-14. Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la alabanza.

Evangelio. Juan 21, 1-19. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, lo mismo el pescado.

Tercer domingo de pascua. El Señor resucitado está en Galilea entre los discípulos sin ellos saberlo; el Señor cumple su palabra: “Id a Galilea, allí me veréis”.

Han regresado al principio, a Galilea, junto al Tiberíades, a su trabajo de pescadores. Allí conocieron a Jesús y se sintieron llamados. Allí surgió aquella gran amistad que les llevó al seguimiento del Señor dejándolo todo. Ahora están con la ansiedad de quien no sabe qué les ha pasado y qué hacer. Pedro tiene la iniciativa, quiere ir a pescar; los otros se ofrecen a ir con él. Son siete, número que expresa totalidad, todos. Estuvieron toda la noche y no pescaron nada.

Desde la orilla, como ocurriría al principio, el Señor les llama “muchachos”, les pide del resultado de su trabajo, ¿“tenéis pescado”? No han pescado nada y el Señor les indica dónde lo deben intentar de nuevo. Y les prepara el almuerzo.

La pesca fue muy abundante, la red repleta, sin reventar, porque Jesús no quiere que se pierda nadie; 153, todos, universalidad de la salvación. Aunque Pedro arrastró la red a la barca, le tuvieron que ayudar y remolcar entre todos. El trabajo de la evangelización es tarea de todos, somos todos necesarios, bajo la guía de Pedro.
El discípulo que se había sentido tan amado y que le había querido tanto es el primero que lo “descubre” y lo ve. “Es el Señor”. Solo se ve si se mira con amor. El signo por el que lo reconocieron fue la pesca tan abundante.

Pedro al oír que era el Señor, al sentirse ante Cristo, tuvo vergüenza de su desnudez, de su pequeñez; se vistió la túnica, que indica que se está dispuesto para el servicio, y se arrojó al mar nadando hacia la orilla, hacia el Señor. Siempre hay que volver a Jesucristo.

Jesús tiene la delicadeza de contar con nuestra colaboración: “traed de los peces que acabáis de coger”, aunque él ya tenía preparado el almuerzo.

Se sentaron y Jesús realizó el querido y reconocido signo de la bendición, de la fracción del pan y de repartirlo para que llegue a todos. No hay signo más claro para reconocer a Cristo que la Eucaristía. Cristo nos entrega su vida cada vez, para que tengamos vida, su misma vida. Nos sienta en la mesa de la fraternidad, su mesa; y quiere que no falte el pan a nadie, empezando por los más humildes.

Luego viene el examen a Pedro sobre el amor. Cristo, que ya lo sabe, quiere oírlo tres veces delante de la comunidad. Porque quiere dar a Pedro la posibilidad de que se libere de las tres negaciones; porque los sentimientos se tienen que verbalizar, se tienen que hacer palabra. Porque es necesario que los discípulos escuchen el testimonio de amor de Pedro, en el que se basa la confianza de Cristo y la entrega de su misión, no en otras cualidades; para que reconozcan la misión de Pedro entre los doce; para que Pedro vuelva a llorar y sepa siempre que su fuerza está en el Señor.

El encargo del Señor les dio y nos da gran valor y fuerza. El testimonio de la primera comunidad fue claro: “hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres”. En la evangelización el gran agente es Jesucristo, el que “se sienta en el trono, el que merece toda alabanza, gloria y poder”. Pero él espera que le entreguemos todo lo que somos y que nos entreguemos como él y por sus mismos valores, hasta el final de la vida, hasta que “otros nos ciñan y nos lleven donde no queremos ir”.



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SAN VICENTE FERRER, patrón principal de la Comunidad Valenciana.. 8-4-2013. 
domingo, abril 7, 2013, 04:32 PM - Otros
SAN VICENTE FERRER, Patrón principal de la Comunidad Valenciana.
8-4-2013. Día de precepto. Horario de misas: 11, 12, 13, 20 y 21 horas.

Nació en Valencia el 23 de enero de 1350, en la calle del Mar, y fue bautizado en la parroquia de S. Esteban protomártir. Murió en Vannes (Francia) el 5 de abril de 1419.

Sus padres fueron Guillermo, notario, y Constanza, quienes formaron una familia muy cristiana. San Vicente fue educado en la generosidad y en la caridad acrecentada por las limosnas que daba; también en la austeridad y mortificación, especialmente los viernes, en recuerdo de la pasión del Señor y los sábados, en memoria de la Virgen.

A los 20 años ingresó en la Orden de Santo Domingo y muy pronto destacó por su inteligencia y piedad. Durante el diaconado ya impartió clases en Barcelona y a los 29 años, en Valencia, fue prior del actual Convento de Santo Domingo. Renunció, porque estaba la comunidad dividida, como lo estaba la Iglesia, por el Cisma de Occidente. En un primer momento estuvo de parte del Papa Luna, pero lo dejó, porque estaba mucho más interesado por la unidad de la Iglesia. Llegó a encontrarse en Roma con Santa Catalina de Siena.

Fue un misionero incansable y muy convincente por Europa: Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, Inglaterra…sobre todo, en España y en Valencia. Dicen que convirtió a muchos judíos y árabes. Antes de predicar hacía un rato de oración y predicaba en valenciano y todos le comprendían. Con él iba mucha gente, en su mayoría conversos. En su predicación, enérgica y clara, animaba a tener buenas costumbres, predicaba la gravedad del pecado, el temor y el respeto a Dios, la confesión sacramental, la santificación de las fiestas, el buscar y procurar siempre la gloria de Dios. Dios le concedió muchos carismas y dones. Hizo muchos milagros en vida, socorriendo situaciones de necesidad de gente humilde y defendiendo siempre la verdad y la justicia.

Intervino en el Compromiso de Caspe y fueron muy apreciados sus consejos por su sabiduría, sensatez y prudencia.

Escribió un “Tratado de vida espiritual”. Fue un trabajador y un predicador incansable. Renunció a honores y dignidades. Taumaturgo en vida y después de muerto, consejero, hombre de gobierno, religioso humilde y austero, profesor, escritor, pastor, constructor de la paz.

En los pueblos de Valencia y en la ciudad hay muchos lugares que recuerdan su paso y su predicación. Su milagro vivo y permanente es el Real Colegio de niños huérfanos que, por la protección del Santo, todavía sigue acogiendo y formando a niños y niñas huérfanos que lo solicitan.

Vivió 69 fecundísimos años. Fue canonizado a los 36 años de su muerte, el 29 de junio de 1455, por el Papa valenciano Calixto III.

Es patrón de muchos pueblos de Valencia y se le celebran muchas fiestas, especialmente los niños. Tiene una gran tradición en la ciudad, la representación de los milagros del Santo por los niños, en los populares altares de San Vicente.


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