jueves, agosto 25, 2011, 02:43 PM - Noticias
HA FALLECIDO D. FELICIANO MUÑOZ AGUAREl lunes 22 de agosto, a las 4 de la madrugada, fallecía a los 84 años, en el Hospital de Manises, el sacerdote D. Feliciano Muñoz Aguar, tras larga enfermedad.
Nació en Aguatón (Teruel) el 19 de agosto de 1927. Hizo sus estudios en el seminario de Teruel y fue ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1952 en Barcelona con ocasión del Congreso Eucarístico. Era socio de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
Incardinado en su diócesis de Teruel, sus primeros seis años de sacerdote fue párroco de Campos-Cirujeda, Argente-Alcaine y Puertomingalvo. En 1958 marchó de misionero a Perú, donde permaneció veinte años y desempeñó su ministerio en Langa, Yauyos, Eten y Urrunaga. Al regresar, huyendo del frío de Teruel, se incorporó a nuestra Diócesis de Valencia en 1977, quedando incardinado el 17 de enero de 1989; ejerció los ministerios de párroco de Rugat y de Castelló de Rugat, vicario parroquial de Santa Marta de Puzol, Fortaleny y Riola, Quart de les Valls y Benifayró de les Valls. Jubilado en 1995 fue nombrado adscrito a la parroquia de Ntra. Sra. Del Remedio de Valencia, donde ha permanecido hasta su fallecimiento.
D. Feliciano ha sido un sacerdote muy bueno. Era muy religioso y quería mucho a la parroquia a la que le dedicaba mucho tiempo. Sencillo y cercano, afectuoso con todos, concreto y profundo en la predicación y en el trato personal; en esta última etapa, su ministerio se centró en el gran cuidado que ponía en la preparación de la predicación, en el confesonario, en la atención a los ancianos y enfermos y en la oración.
La misa funeral se celebró en Aguatón, donde siempre manifestó su deseo de ser enterrado. Presidió el Sr. Obispo de Teruel D. Carlos Manuel Escribano quien habló del gran corazón misionero de D. Feliciano, de su humildad y sabiduría, recordando las distintas misiones y parroquias desde donde se entregó por completó al servicio de la Iglesia y sus grandes pasiones en el ejercicio del ministerio: el confesonario y los enfermos. Concelebraron con él unos cuarenta sacerdotes: los Srs. Vicarios Generales de Valencia y Teruel, un grupo de sacerdotes turolenses, compañeros de la residencia Venerable Agnesio, socios de la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz y amigos sacerdotes.
La pequeña Iglesia del pueblo estaba completamente llena con sus familiares, vecinos del pueblo y otros amigos y conocidos y un grupo de la parroquia de Ntra. Sra. del Remedio. Se creó un ambiente de esperanza cristiana, de afecto y paz.
Descanse en paz, en espera de la resurrección final este gran sacerdote, que no tenía más pasión que entregarnos a Jesucristo para que nos configuráramos con él.
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